Detrás de la verba inflamada de Pablo Moyano, que aventuró recientemente un segundo paro general de la CGT para “fines de marzo o principio de abril”, se esconde una estrategia algo desarticulada de la central obrera desde que le dio la bienvenida a Javier Milei con una huelga a 45 días de haber asumido.
La eventual medida de fuerza está todavía lejos de reunir consenso interno en el corazón cegetista a pesar del malestar y la incertidumbre que guían hoy el vínculo con la gestión libertaria..